lunes, 25 de julio de 2011

Incomunicada (2ª Parte)

Yo no sé si nuestra generación le llegará alguna vez al tobillo a la generación de nuestros padres. Si algo tengo que reconocerles es que, por circunstancias de la vida (cuestiones de falta de presupuesto, más que nada), son expertos en arreglarlo todo ellos mismos.
¿Conocéis a alguien de la generación anterior a la nuestra que no tenga ni idea de qué pieza se le ha estropeado al motor del coche? (recuerdo el puñado de latiguillos que llevaba mi tía en la guantera, porque tenía un coche de cuarta o quinta mano al que se le rompían cada 2 días más o menos)... ¿Sabéis de alguien que no haga las consabidas "chapuzas" personalmente en su casa?

El problema viene cuando realmente se encuentran con alguna tarea que no controlan demasiado... Porque en estos casos, salvo alineación planetaria, preferirán electrocutarse antes que admitir que quizá deberían llamar (y pagar) al técnico, sólo por una vez en la vida.

Mi señor padre, milagrosamente, terminó cediendo con lo del router muerto; le dio al técnico una semana de ventaja, para que le diese tiempo a venir antes de que la situación empezase a ser muy crítica. Pero en vista de que el técnico no se dignaba a venir, mi señor padre decidió que no iba a esperar más para tener Internet.

Con un par.

Primero hizo un apaño al router estropeado. Así consiguió tener Internet en su ordenador, pero sólo en ese. Y turnarse está muy bien cuando ninguno tiene que acaparar el ordenador horas y horas por motivos de trabajo.

Después compró un router nuevo, y lo instaló él solito también.

Y ahora todos los ordenadores tienen Internet.

...Claro que no al mismo tiempo. Me explico: si mi hermano decide conectarse, mi conexión desaparece.

-Qué, vecino, ¿lo consigues?
-Más o menos... ¿y ese interés repentino?
-Es que hasta que no arregléis el router, no nos podemos conectar fraudulentamente y sin tu permiso ni yo, ni mi señora, ni los 8 sudamericanos que se han atrincherado en el tercer piso.

Está claro que el dinero no está para tirarlo, pero a veces se gasta más chapuceando y luego arreglando el desaguisado, que llamando directamente al técnico.
Lo dicho... Nuestra generación no llegará tan lejos como lo ha hecho la de nuestros padres con las chapuzas, pero para mí sigue siendo un misterio de dónde les sale ese orgullo (sobre todo a los "hombres de la casa") que les impide llamar a un profesional cualificado a menos que se derrumbe el muro de carga (y aún en ese caso lo apañan primero, a ver si cuela).
Quizá tengan una percepción distorsionada de sí mismos, quién sabe.


Percepción del "hombre de la casa" de su propio Yo:


La realidad:
Pero es parte de su encanto ;p ¿a que sí?

En definitiva... Digamos que sigo sin Internet. Perdonad si no os comento demasiado, pero es que en cuanto mi hermano se conecte, volveré a estar incomunicada.

Seguiremos informando.

4 comentarios:

tita hellen dijo...

Demostrado este es el año de las conexiones chungas interneteras veraniegas. Exige tus derechos y que te arreglen el rutter... Los consejos McGuiver no suelen funcionar. Besotes

Unknown dijo...

Dificil diagnosticar a distancia, podria ser que no tienes activado en el router una cosa que se llama DHCP (dinamic host control protocol), sirve para asignar una ip distinta a cada ordenador. En cristiano: el router mediante DHCP puede encargarse de darles un numerito identificativo y unico a cada ordenador de tu casa, en caso de no estar activado puede que los numeritos de tu ordenador y el de tu hermano sean el mismo y el router se hace la picha un lio.
Saludos

Anónimo dijo...

Ya veo que sigues en la brecha. Como hombre aludido admito que me gusta trastear con las maquinas, aunque solo sea para saber donde les duele cuando ataque Skynet.Por lo demas paciencia, mucha paciencia, y aprovecha el tiempo libre para pintar. Nos leemos

Feuermann dijo...

Animo goblincilla. Yo tambien ando escaso pa conectarme ^^ asi que no estaras sola xD

muchos abrachuchos desde chipiona!!!!