Adepta Sororitas

Siempre me ha fascinado la capacidad de interpretación de la Iglesia respecto a los textos sagrados originales. Si un gran fallo tienen las religiones, es que sus libros sagrados tienen muchas lagunas legales, y la Iglesia ha sabido aprovecharlas como más le convenía.

Este hecho es un secreto a voces; todo aquel que no sea un seguidor acérrimo del sistema eclesiástico establecido es consciente de que la interpretación libre es uno de los rasgos de la Iglesia, sea la que sea. Es una seña de identidad tan evidente, que hasta en los juegos de estrategia la Iglesia se comporta del mismo modo... Y aquí comienza realmente el post. Pero debo poneros un poco en antecedentes, a quienes no sepáis del tema.

En el mundo de Warhammer 40K (similar a Warhammer fantasy, pero ambientado en el futuro apocalíptico del año 40.000 de la Humanidad), el Emperador es la máxima autoridad de la raza humana. El hombre era un psíquico poderoso, capaz de ver y sentir en su propio cuerpo las carnicerías de los ataques que se avecinaban, y sus fanáticos le condenaron a una suerte de santificación en vida; durante miles de años, ha estado enchufado a una máquina que le mantiene vivo a costa de la vida de miles de psíquicos diarios. Es considerado un dios, pero no está en condiciones de disfrutar de ese dudoso honor: tiene continuas visiones de pesadilla, y grita de dolor sin descanso, porque puede percibir sensorialmente cada batalla que se libra a la desesperada contra la extinción de los humanos.

Los enemigos de la humanidad se burlan diciendo que los humanos sirven a un "dios cadáver", mientras que sus seguidores se aferran a su creencia de que Él les salvará.

A su alrededor se crearon varias organizaciones militares y religiosas, por supuesto, y con ellas, el Ordo Hereticus.

En el mundo de San Leor, había un culto conformado unicamente por mujeres dedicadas en cuerpo y alma a adorar al Emperador; el culto llamado Las Hijas del Emperador. Un culto fanático y fervoroso a más no poder.

Cuando fueron descubiertas por miembros de la Eclersiarquía, Goge Vandire, el Alto Señor del Administratum (que también era el Eclesiarca del Adeptus Ministorum), decidió visitar el planeta y reclutar a las Hijas como parte de su ejército personal.
Al principio, ellas no reconocieron su autoridad, así que Vandire decidió mostrarles que el tenía la bendición del Emperador. Le ordenó a un miembro de su escolta que le disparara; al principio el oficial se negó, pidiendole a su señor que no se pusiera en peligro, pero finalmente disparó ante la insistencia del Eclersiarca.
Sin embargo, gracias al campo protector generado por el Rosario del Eclersiarca (el cual solo él sabía de su existencia), Vandire resultó ileso. Las Hijas lo tomaron como una señal, y le juraron lealtad. Se convirtieron en las Consortes del Emperador, y fueron las seguidoras más leales de Vandire.


Más tarde, se descubrió que Vandire era un hereje traidor, y Alicia Dominica, la líder de las Consortes, se enfureció y terminó personalmente con la miserable existencia de Vandire. Y al desaparecer él, las Consortes se quedaron sin un objetivo claro en la vida.

Despues de este episodio, un nuevo decreto, llamado el Decreto pasivo, fue proclamado por el nuevo Eclesiarca Sebastian Thor.
El Decreto Pasivo establecía que "la Eclesiarquía no podía tener un ejército de hombres armados".
¿Adivináis lo que hicieron? Efectivamente: crearon un ejército de mujeres armadas. El brazo armado del Ordo Hereticus: el Adepta Sororitas.

Creo que ya lo he dicho, pero me encanta la habilidad de interpretación de la Iglesia.

Yo de mayor quiero ser como ella...

...Y mucho tiempo después, una goblin harta de leer rumores y rumores y más rumores al respecto se muere de ganas de que renueven el ejército y sea posible comprarlas en tiendas de a pie y a un precio más asequible, no sólo por petición expresa a la Games Workshop y de una en una... ¬¬*