Es curioso...

Es curioso cómo la vida puede sorprendernos... Es curioso ver cómo al final, todo parece volver a donde debería haber estado desde el principio... ¿Será ese dichoso "destino" al que tengo declarada la guerra? ¿O es sólo que soy una maldita indecisa e inconstante?

Paleobiología. Esa palabra se quedó grabada a fuego en mi mente aquella mañana, en segundo de bachillerato, cuando uno de mis profesores del instituto nos aconsejaba sobre qué carrera elegir cuando llegase el momento, que sería un par de meses más tarde. Yo siempre había pensado que haría biología marina, pero por aquel entonces ya estaba bastante harta de la biología, y tenía planeado pedir Historia para ser arqueóloga, mi gran sueño... Y aquella mañana, apareció la palabra: "Paleobiología".

Decidí continuar con biología, decidí solicitarla en primer lugar además de Historia, para convertirme en algo intermedio entre bióloga y paleontóloga, en "paleobióloga".

Aquel primer año, la nota de corte me dejó fuera de Biología, y la que me asignaron fue Historia. En el fondo fue un alivio que la universidad me ahorrase el elegirlo yo misma, porque si hubiese entrado entonces en Biología, siempre me habría preguntado qué habría pasado si hubiese entrado en Historia... Y debo decir que lo que allí aprendí como persona y la gente que conocí, no lo habría podido encontrar en ninguna otra carrera... No me arrepiento de haberla empezado. Sólo lamento no haber tenido el valor de seguir adelante.

Porque pronto quedó claro que, si bien la Historia me apasionaba y me sigue apasionando, no era capaz de aprobar los exámenes. Y, cobarde de mí, tiré la toalla; como un perro apaleado, volví a la rama de ciencias: la nota seguía sin alcanzarme para Biología, y tras mucho dudar, el verano siguiente Biza (también de Historia) y yo, nos preinscribimos en Gestion Aeronáutica. Hasta ahora parece que se nos da aceptablemente bien a ambas... y he aquí que el otro día, trabajando (trabajo como becaria en Preinscripción, en el pabellón B de la Autónoma), tuve que mirar las nuevas notas de corte para este año. Creí que no había mirado bien... La nota de biología al fin me permitía cursarla. Después de tanto tiempo. Me quedé paralizada con la lista en la mano; no sabía cómo reaccionar.

Los otros becarios enseguida me preinscribieron; esta vez, sólo tuve que solicitar una carrera, sabía que me la concederían, y necesitaba algo de tiempo, hasta el día de hacer la matrícula, para pensar qué haría con mi vida... ¿Tiraría otro año para empezar por tercera vez desde el principio, aún a riesgo de volver a equivocarme y que ya todo estuviese perdido?, ¿me arriesgaría a perder la oportunidad de estudiar si no fuese capaz de aprobar esta vez? Además, ¿dejaría a Biza en GA y me iría yo, después de haberla convencido para que viniese conmigo a esa carrera?

Bien, pues este post va dedicado a Biza... Porque, al menos, se merecía una explicación. Y una disculpa. Y, cómo no, otra proposición indecente ;)

Biza, este año nos ha servido para darnos cuenta de qué es lo que queremos en realidad... tanto tú como yo, en el fondo, queremos trabajar metidas hasta las cejas en la tierra en un yacimiento arqueológico. Tú aún tienes la puerta de Historia abierta, y para mí esta es otra forma de lograrlo... Ahora que al fin lo tenemos claro, lo cogeremos con ganas y sin dudas, y podremos con ello... ¿Vamos a renunciar a nuestro sueño? ¿O nos damos otra oportunidad?