Condes Vampiro: Trono del Aquelarre y Sagrario Mortis

Hace ya unos meses (desde la pifia del Finecast, para ser exactos) que estoy totalmente desvinculada de las novedades de Games Workshop... A modo de protesta, desde que se inventaron el moco de troll junto con la última y salvaje subida de precios, todas las miniaturas que he comprado han sido de segunda mano a particulares, o de metal/plástico en tiendas no oficiales de la marca, donde quedaban restos de la época a.F. ("Antes de Finecast") y minis descatalogadas.

Sin embargo, como me mandan al correo un boletín de novedades, esta vez no he podido pasar por alto una miniatura de plástico que me parece espectacular y una belleza, y que ya está en Prepedidos para los Condes Vampiro: el Trono del Aquelarre, que también se puede convertir en el Sagrario Mortis.

Sigue pareciéndome una aberración meter un mamotreto como este en un ejército de Warhammer, pero como coleccionismo me parece que la relación calidad-precio no anda demasiado descompensada esta vez (45'50 euros, frente a los 50 que te cobran por dos míseros garrapatos despachurradores para los Orcos y Goblins... de Finecast, para más inri).

Os dejo unas fotos con la descripción, a ver qué os parece... AQUÍ podéis ver la vista en 360 grados de ambas miniaturas; pinchad en las imágenes que tienen el símbolo de 360 grados en la parte superior).

A) TRONO DEL AQUELARRE
A menudo, los monarcas de la noche van al combate en opulentos palanquines de guerra conocidos como Tronos del Aquelarre. Estas construcciones de hueso son llevadas a cuestas por los espíritus de aquellos fueron derrotados y ahora están condenados a llevarlo para siempre. Son las Lahmias las más famosas que utilizan los Tronos del Aquelarre, y por eso estas construcciones que llevan a las Lahmias van cargadas con extraños artefactos y grandes cuencos encantados, llenos a rebosar con sangre de vírgenes. A pesar de sus lujos, estos ostentosos palanquines son unas armas potentes sobre el campo de batalla.

(Pinchad en las imágenes para ampliarlas)

B) SAGRARIO MORTIS
Para los Nigromantes más poderosos del Viejo Mundo, el Sagrario Mortis es una tumba y un sepulcro por igual. Una vez muertos (bien muertos), los restos de estos poderosos hechiceros son consagrados en el Sagrario Mortis, llevado a la guerra por una hueste de espíritus vinculados a él. La visión de este artefacto, rodeado por Doncellas espectrales que aúllan y gritan y arrastrado por ayudantes no muertos, es aterradora. Y en medio de la cacofonía de las almas no muertas se encuentra el Capataz, el guardián del relicario, una fuente de poder inimaginable. Cuando el Capataz retira los cierres y abre el relicario, se libera el poder contenido en él por todo el campo de batalla.