Michael Jackson (2)

DESCANSA

Qué llorera me ha dado con el homenaje a Michael Jackson, madre mía… ^^U
Siento que de alguna forma tengo que modificar el post anterior, si me lo permitís... Hay detalles que no comenté; este post será algo menos frío, y quizá, más justo.

Michael Jackson era uno de mis ídolos cuando era pequeña. Le admiraba y le temía a la vez, como se admira y se teme a una especie de divinidad. Recuerdo que algunos de sus vídeos me daban mucho miedo, pero a la vez me maravillaban; era capaz de hacerme creer que la magia realmente existía. ¿Cómo no iba a existir, si la estaba viendo con mis propios ojos? Personas que volaban, fantasmas, encapuchados que se esfumaban en el aire...

Años después, tuve una de las grandes decepciones de mi vida: Michael fue acusado de pederastia, y yo me prometí a mí misma aborrecerle el resto de mi vida, no podía creer que aquel hombre al que yo admiraba tanto pudiese haber hecho algo así a los niños…

Pero me he sorprendido a mí misma, la verdad. Soy una sentimental, y es en estos momentos, en los que una pierde algo que no creía importante, cuando me vienen a la cabeza muchísimos recuerdos… Como la carpeta de fotos suyas, recortadas de periódicos y revistas, que ocultaba bajo mi cama, o esos cassettes que escuchaba en el walkman, esas tardes de pequeña en las que me quedaba sola en casa e intentaba (sin éxito) una y otra vez moverme como sólo podía hacerlo él…

Estos últimos días me ha dado por volver a ver sus vídeos, a escuchar sus canciones en Youtube. Y me he dado cuenta, para mi sorpresa, de que aún se me van los pies al escucharlas, aún me emociono y se me contagia esa sonrisa que tenía él en las primeras décadas, que, aunque luego se fue deformando por las sucesivas operaciones, siempre fue una sonrisa franca y que hacía que sus ojos brillasen…

...Y los recuerdos se acumulan... hasta que las acusaciones de pederastia se hacen difusas y una acaba por dudar si no serían una forma de sacarle el dinero a Michael por parte de padres aprovechados… Acaba preguntándose si no sería todo mentira, e intentando hacerse una idea del dolor que eso tuvo que provocarle, de todo lo que tuvo que aguantar en vida… Y una termina por sentir que ha sido muy injusta. Muy injusta.

Sé que si fuese cierto, a los niños nadie podrá quitarles ya lo bailado, pero… ¿qué sentido tiene guardarle rencor a una estrella cuando nos ha dejado? Yo he descubierto que me han arrebatado sin avisar una parte de mí misma, a alguien que de alguna forma formó parte de mi vida y al que creía enterrado y olvidado… Y me siento incapaz de guardarle rencor. Le recordaré por sus obras sociales, por sus conciertos benéficos, porque como cantante y bailarín nunca habrá otro igual. Le recordaré como el ídolo que fue para mí en otro tiempo. Al menos esa luz seguirá brillando.

Siento que para revivir para mí hayas tenido que irte... Cuántos años perdidos sin tu música...
Descansa, Michael. Ya sabes hacia dónde dirigirte, siempre lo supiste: la segunda estrella a la derecha, y directo hasta el amanecer.