Capitán Lawrence
Son muchas las personas a las que he admirado en mi vida... Pero pocas de ellas han demostrado tanto valor como este hombre, que eligió morir, en contra de la voluntad de sus compañeros de expedición, para que el resto tuviese una oportunidad de sobrevivir.
Abajo os dejo el resumen de su historia, y la canción que Warcry le dedicó y que me hace llorar cada vez que la escucho...
Espero que os guste.
Dedico este post al corazón de hielo de Roy Von Carstein ;) y al Lagarto... Porque son un par de blanditos cuando quieren, juju ^^
Cuando Scott y sus hombres llegaron al fin al Polo Sur el 18 de enero de 1912, una bandera noruega jugaba con el gélido viento antártico. Amundsen había llegado más de un mes antes que ellos, el 14 de diciembre de 1911. Junto a la bandera, el noruego dejó una tienda negra y una carta para el capitán Scott que decía:
Querido Capitán Scott:
Como usted probablemente sea el primero en llegar a esta zona después de nosotros, le pido amablemente que envíe esta carta al rey Haakon VII. Si puede usar cualquiera de los artículos que hemos dejado en la tienda, por favor, no dude en hacerlo. El trineo dejado fuera puede ser empleado por usted. Con mis mejores saludos, le deseo un retorno seguro.
Sinceramente suyo, Roald Amundsen.
El camino de regreso estuvo marcado por el frío extremo y las intensas nevadas. La idea de no depojarse de pruebas geológicas ralentizó también considerablemente la marcha.
En su paso por el glaciar Beardmore, Evans cayó en una grieta hiriéndose gravemente la cabeza. Para poder rescatarle, Lawrence Oates tuvo que despojarse de los guantes y de su ropa exterior. Sin embargo, con síntomas de congelamiento y una herida cada vez más grave, Evans sufrió un colapso el 17 de febrero, y moriría esa misma noche en la tienda.
Sin Evans, el resto de la expedición continuó su camino descendiendo el glaciar hasta alcanzar el nivel del mar. Desde allí, un estrecho de cuatrocientas millas les separaba de su campamento, en el cabo Evans. Scott esperaba un aumento en la temperatura, sin embargo, una ola de frío con temperaturas inferiores a los 43 grados bajo cero se cruzó en su camino.
Lawrence Oates sufrió congelación de pies y manos durante el rescate de Evans, y además estaba aquejado de una antigua herida de guerra, pues recibió un disparo en una rodilla durante la Guerra de los bóers. Su estado cada vez era más lamentable, hasta el punto de obligar a sus compañeros llevarlo a cuestas. Oates pidió a sus compañeros que lo abandonaran en la nieve y que continuasen sin él, pero se negaron rotundamente.
La noche del 17 de abril de 1912, día de su 32 cumpleaños, Oates, consciente de la enorme carga que suponía para sus compañeros, se levantó silenciosamente para abandonar la tienda en calcetines. Wilson le preguntó que adónde iba, a lo que Oates contestó “I am just going outside and may be some time” (Voy a salir y puede que tarde un rato). En medio de una tormenta de nieve y a 43 grados bajo cero, Oates vagó en la oscuridad de la noche hasta encontrar la muerte. Su cuerpo yace abrazado por un mar de nieve y hielo y nunca ha sido encontrado.
Scott relató el suceso de Oates como “el más valiente acto de sacrificio que jamás un ser humano hubiera contemplado“. Quince días más tarde, y a tan solo once millas del depósito de comida y combustible One Ton Depot, la expedición murió de hipotermia e inanición.
El 12 de noviembre de 1912, la expedición de Atkinson encontró la tienda prácticamente sepultada entre la nieve, cerrando así una trágica historia que sin duda conmovió, conmueve y conmoverá a la humanidad.
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Hoy,
hoy la esperanza murió,
cuando el frío congeló mis pies
En el grupo sólo hay dolor
Mi amor, sé que te prometí volver...
Y miro sus caras
suplicando una oportunidad:
sólo un estorbo puedo ser
Mis piernas heladas no les pueden ayudar
a regresar...
Hoy...
...hoy tomé una decisión:
quizá solos puedan volver
Por la noche en sigilo me iré
Ruego a Dios que me pueda perdonar
Me golpea el viento
y aún así me obligo a caminar,
debo alejarme un poco más...
Se hiela mi aliento,
sólo siento no verte más...
ya nunca más...
Perdóname por partir así,
este viaje es sólo para mí...
Recuérdame mejor de lo que fui,
es muy tarde, cielo, sabes que te quiero
Siento tanto tener que irme así...
Solo en la noche, él murió
En el el frío hielo se hundió
en su último aliento, me pregunto:
¿qué es lo que pensó?
(solo)
"Perdóname por partir así
este viaje es sólo para mí...
Recuérdame mejor de lo que fui,
es muy tarde, cielo, sabes que te quiero
Siento tanto tener que irme así..." (x2)
"...Perdóname..."
"...Perdóname..."
"...Perdóname..."
3 comentarios:
Me ha parecido precioso, y sí, te hace llorar al escucharlo.
Tú y yo nos parecemos demasiado, ¿eh? ;)
ale, pues eta tarde a cantarla en el ultrastar^^
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