martes, 22 de mayo de 2007

Una de detectives


Hola a todos...
Esta noche vuelve a llover. Ha caído granizo, unas bolas de hielo del tamaño de bellotas (valga la comparación), y los truenos martillean casi literalmente contra las ventanas.

Cuando hay tormenta, lo que más me gusta hacer es coger una bebida muy caliente (café, chocolate, consomé o cualquier otra cosa) y sentarme a leer, bien tapada con una manta. Esas veces no leo relatos épicos de héroes venciendo a dragones, ni de piratas en islas caribeñas, ni de vampiros en oscuras criptas. Nada de eso. Lo que me encanta leer cuando llueve son las historias de detectives.
¿Por qué? Porque desde pequeña tengo muy buenos recuerdos de un libro en particular (dos, porque también salió la segunda parte). Se llama “Los casos del comisario Antonino”, no sé si lo conoceréis.
¿Qué tiene que ver este libro con que yo lea historias de detectives precisamente cuando hay tormenta? Tiene que ver, porque la imagen más nítida que tengo del comisario es una noche de rayos y truenos, en la que todo parecía tranquilo y él por fin tenía un rato libre para jugar al ajedrez con el inspector Castrillo y fumar tabaco en pipa (porque en su opinión le hacía parecer más profesional); entonces el teléfono sonaba, y el comisario y Castrillo tenían que marcharse, con la que estaba cayendo, para ir a resolver un caso de asesinato.

Así que esta noche quedáos conmigo, bajad la luz de la lámpara, coged una taza de algo calentito, y yo os hablaré de ellos para pasar la velada...
***
Imaginaos que es una noche oscura y tormentosa (cómo me gusta esa frase ^^) . La lluvia resbala en los cristales de las ventanas, y los rayos iluminan fugazmente el cielo y huyen antes de que llegue el estruendo del trueno...
Imaginaos ahora la comisaría. Imaginad al comisario, un hombre rechoncho de mediana edad y el pelo ya con las primeras canas, sentado a la mesa en silencio frente al inspector Castrillo. Antonino fuma compulsivamente y con la cara cada vez más colorada, porque, como de costumbre, Castrillo le está ganando de forma fulminante al ajedrez. Pese a ello, el comisario suele retar a Castrillo, ya que está convencido de que algún día le acabará ganando (ahora que no nos oye, eso es bastante improbable). El comisario tiene por lo general muy mal humor; peor aún cuando ve que irremisiblemente va a perder una partida. La tensión se podría cortar con un cuchillo (vale, es una frase muy vista, pero es resultona, como lo de la noche oscura y tormentosa).
Imaginaos ahora el teléfono sonando. El comisario habla por el auricular, toma nota de lo que escucha, y cuando por fin cuelga, dice con una amplia sonrisa:
-Ya seguiremos con la partida, Castrillo. Tenemos trabajo, han asesinado un tipo. Vivía con su hermano gemelo. Te has salvado por los pelos, unos minutos más y te habría machacado.

Y así, en mitad de la lluvia, en un viejo Seat, allá va el comisario acompañado por el inspector, hacia una vieja mansión en la que acaban de asesinar a un hombre de más de 60 años. Al llegar, los chicos de la central ya están allí inspeccionando la escena del crimen.
La casa está casi totalmente a oscuras, salvo por las luces que han encendido los agentes. Según les dicen, los dos hermanos eran ciegos, y vivían en una permanente oscuridad. El único sospechoso es el otro hermano: hay un mayordomo, sí, con una voz bastante siniestra además (es quien ha avisado a la policía por teléfono), pero tiene coartada.
El hermano del difunto está en estado de shock, llorando. Según el testimonio, quería mucho a su hermano gemelo; parece cierto.
Las paredes no están pintadas, sino empapeladas. En el suelo no encuentran nada, puesto que el hermano que sigue vivo es un maniático de la limpieza. Sólo al cabo de un largo rato de búsqueda, encuentran en el suelo una cerilla que ha sido usada, y en un cenicero, un papel de caramelo meticulosamente doblado.
El comisario no lo ve nada claro, así que decide tragarse su orgullo e ir a buscar al hombre al que acude siempre que se le atraviesa un caso (es decir, SIEMPRE): el experto en fósiles Alejandro Simón, investigador privado.

Hagamos un salto en el espacio para situarnos en el café El Gato Negro. Es un tranquilo y acogedor local de la ciudad. Antonino cruza la puerta y serpentea entre el mobiliario hasta llegar a una mesa del fondo, la favorita de Alejandro Simón.
Allí está él, como siempre, enfrascado en la lectura de un grueso tomo sobre fósiles mientras remueve su taza de chocolate caliente con picatostes. Nunca pide otra cosa.
Vamos a acercarnos un poco más para que veáis mejor a Alejandro Simón. Es un hombre joven, de aspecto muy distinto al comisario: alto, delgado, con gafas redondas y el pelo negro impecablemente peinado hacia atrás. Viste una americana a juego con los pantalones, y corbata a medio anudar. De carácter amable y sereno, Simón engaña a primera vista. En realidad, posee el cerebro más agudo de entre todos los que conoce Antonino, mal que le pese. Lo normal es que Simón acabe resolviendo los casos del comisario. Entre ellos hay una relación de sana rivalidad.

Antonino también pide lo de siempre: un café solo, con tres terrones de azúcar. Se sienta junto a Simón y se queja del tiempo de perros que hace. Luego le entrega al investigador la bolsa sellada que contiene el papel de caramelo y la cerilla, y le cuenta lo que ha sucedido. Alejandro Simón observa con detenimiento ambos objetos, bebe un par de sorbos de su taza, se queda en silencio, pensativo, durante largo rato... y finalmente, cuando el comisario empieza a aburrirse de tanta tensión y va a decirle que se marcha, Simón sonríe. Ya tiene la solución.

***

No os destriparé el final de la historia, tendréis que leerla vosotros ;p Disfrutad de esta noche de lluvia, y aprovechad para leer un buen libro, con una taza de algo caliente al lado... Y recordad que muchas historias emocionantes comienzan una oscura y tormentosa noche...

10 comentarios:

Ajamuk dijo...

Te gusta dejarnos con la intriga, ¿Verdad?

Madre mía la que a caído en un momento, me he puesto como una sopa, bien fria, eso sí.

Un saludo

Goblinoide dijo...

Jo, no lo hago con mala intención, se llama "fomentar la lectura" ;p
Yo estaba antes en el coche con Sergio y ha empezado el granizo, creíamos que se iba a abollar la carrocería ^^U en fin...
Un abrazo, gracias por el comentario ^^ (y calienta la sopa, hazme caso, que sabe mejor xD)

El Extremeño dijo...

A pesar de que no he leido muchos libros de misterio yo también asocio los días oscuros y tormentosos con las aventuras del típico detective con su gabardina larga y su sombrero de ala corta, jeje.
Por cierto, si tienes ese libro...YA ESTAS TARDANDO EN PASARMELO!! jooo, quiero saber quién fue el asesino, aunque mi apuesta es que el hermano no fue....o si? jeje

Pos na, que disfrutes de tu chocolate/café/sopa/consomé calentito en las noches de lluvia ^^
Un abrazo!

Yaiza Pozas dijo...

o tamien, yo tamien.
ana, que sepas que ers una mala persona :P ¿como que nos dejas con esa intriga???


En fins, habrá que leerse el libro.

A mi las noches oscuras y de tormenta las asocio con castillos encantados y famalias que topan con el y no tienen más remedio que refugiarse en ellos.

Aura dijo...

Pues a mi me ha encantado que me dejes con la intriga siempre y cuando ahora me dejes el libro XD
No se allí, pero aquí parecía en fin del mundo, nunca habia visto llover aquí asi... Y no pude salir a pasear :(, me hubiese gustado pero por no escuchar lo de estas loca... En fin, me puse con un colacao calentína releer por enésima vez "El Principito"^^
Yo cuando llovía tengo el recuerdo de leer aquellos libros en los que tu ibas eligiendo como comtinuaba...no se si sabéis a los que me refiero...Me encantaban!!! ^^

Goblinoide dijo...

¡Hola a todos! ^^
Veréis, es que tengo un pequeñísimo problema... Mis padres hicieron limpieza general hace unas semanas y me han dejado unos 20 libros en la habitación... TODOS los demás, ese incluído, están en cajas en algún rincón de mi trastero ^^U
Así que ya sabéis, si queréis leer el libro entero, hay que organizar una misión de rescate... (conste que he estado buscándolo en ebook para pasároslo igualmente, pero sigo sin encontrarlo...)
Un abrazo (prometo poneros el final, pero esperaré por si acaso encuentro el libro y os lo chafo ;p)

Aura dijo...

Jajajaa mala persona XD xomo te atreves a dejarnos así!!! Y por cierto enseña a tus padre, que yo ya lo tuve que hacer con los míos, a que al tratero se baja todo menos los libros, que los libros nunca tienen que estar lejos de casa (además que despues el trastero se inunda y tienes que ir a recogerlos a la puerta, que me ha pasado u.u) Yo lo quierooooooooo.... Un besote!!!

El Extremeño dijo...

Aquí el cabo Robles se ofrece voluntario para la misión de rescate del libro. Cuando usted ordene, capitana Blanco.

Goblinoide dijo...

Libro localizado (re-comprado para que podáis leerlo, màs bien ^^U)... Se lo podéis pedir ya a Aura, lo tiene ella ;)

El Extremeño dijo...

Auraaaa!!! mala genteeee!!!! como se te ocurre adelantarteme por el libroooo!!!
mala gente...ahora me enfurruño...

jeje, es broma, que lo disfrutes ^^