jueves, 17 de mayo de 2007

Porque así debe ser

"Hoy consagras tu vida a la Diosa. La más bella. La más letal. Por ella luchamos. Por ella morimos. Ella nos mostró el verdadero camino, y desde hoy la servirás, con tu vida o con tu muerte, pues por derecho le perteneces. A ella y sólo a ella. Porque así debe ser."

Las palabras rituales de su iniciación en la sociedad guerrera de las amazonas resonaban aún en el corazón de Shammara, mientras se deslizaba sigilosamente entre los árboles junto a sus hermanas. Las amazonas habían aprendido a luchar hacía cientos de años, y lo habían hecho para librarse del dominio de los hombres. Los odiaban y los evitaban sistemáticamente; ningún hombre conocía la ubicación de su ciudadela, pues ellas nunca permitían que los intrusos saliesen de allí con vida.
Habían suplido las carencias propias de su sexo con otras virtudes que las convertían en eficaces máquinas de matar. Menos fuerza a cambio de una increíble agilidad. La robustez por resistencia al cansancio y al dolor, el orgullo temerario por una fría y lúcida rabia; la ambición egoísta, por el sentido del honor. Cada una cuidaba de sus hermanas sólo por el hecho de serlo.
Las mujeres eran iniciadas en el arte de la guerra a muy temprana edad. A los 6 años comenzaba el entrenamiento en el manejo de las armas, y su iniciación en el culto a la Diosa se llevaba a cabo al cumplir los 16 años.
Shammara había sido iniciada unos meses atrás. Entre los preceptos de la Diosa se incluía la ley de que ninguna amazona debía acercarse a un hombre más que para lo estrictamente necesario. En opinión de Shammara y las otras mujeres, "lo estrictamente necesario" era la distancia mínima a la que había que acercarse para poder atravesarles con una flecha. Y sin embargo, aquella noche viajaban con un propósito totalmente opuesto a sus creencias.
Desde su nacimiento, a una amazona le era inculcado el odio a los hombres, que eran despreciados como seres sin honor, egoístas, cobardes, torpes, y en general, estúpidos. Cuando nacía algún niño varón, era abandonado a su suerte o sacrificado en honor a la Diosa.
Sin embargo, aquella noche, la del solsticio de verano, se disponían a repetir una ceremonia de carácter muy diferente. Porque eran en todo independientes de los varones, excepto en una cosa: la reproducción.
Así, la noche del solsticio de verano, las que habían sido iniciadas el mismo año debían visitar a un hombre que cada una había elegido cuidadosamente de antemano.
Ese año, con motivo de las batallas entre clanes, un campamento de soldados humanos se había instalado al nordeste del bosque, y hacia allí se dirigían.
Era una ceremonia importante, así que se habían acicalado para la ocasión. Llevaban flores en los cabellos, ropas vaporosas -aunque funcionales-, y la piel untada con aceites perfumados. Pese a lo que pudiera parecer, no se habían tomado tantas molestias para gustar a los hombres, sino para agradar a la Diosa. No se podían permitir un error; el año anterior habían nacido más varones de lo esperado. Necesitaban con relativa urgencia más nacimientos para mantener el clan.
El hombre elegido por Shammara era moreno, de ojos oscuros y aspecto fuerte. No estaba mal, para ser un hombre. Hasta se podría decir que tenía un cierto atractivo. Pero aquello no lo hacía más agradable para Shammara. Nunca había estado a menos de cincuenta metros de un hombre, y lo que sentía conforme se acercaban a su destino era una mezcla de miedo, nerviosismo y repulsión. No soportaba la idea de dejarse tocar por un hombre. Pero debía hacerlo. "Porque así debe ser". Siempre se había hecho así. Siguió caminando en silencio, procurando que su expresión no la delatase. Serena como la bruma. Fría como la hoja de una espada.
Finalmente llegaron al límite del claro donde se asentaba el campamento. Con movimientos rápidos y de una precisión estudiada, se separaron y se dispersaron entre las tiendas. No se oía ni un susurro mientras ellas se movían en la noche.
Shammara llegó a la tienda del hombre que había elegido. Miró a ambos lados para asegurarse de que nadie del campamento podía verla, tras lo cual se deslizó al interior.
Él dormía plácidamente en el suelo sobre su jergón de cáñamo. No llevaba camisa, y Shammara podía ver los movimientos acompasados de su pecho mientras respiraba. Se acercó con cautela. La tranquilizó el tacto suave y frío de la daga que colgaba de su cinturón.
Observó al soldado. Sí, podía ser atractivo, pero seguía siendo un hombre. Una mujer no desprendía aquel olor tras un día de entrenamiento. La posibilidad de dar media vuelta le vino a la cabeza.
"...Porque así debe ser."
Avanzó hasta llegar junto a él, pasó una pierna por encima de su abdomen y lentamente desdendió hasta arrodillarse. Apoyó las manos en el suelo y sopló con suavidad sobre su rostro.
El hombre abrió los ojos, sobresaltado. Intentó incorporarse, pero ella le mantuvo tumbado apoyando las manos con firmeza sobre sus hombros.
-¿Qué pretendes, mujer? ¿Eres una de las brujas que se dice que habitan en este bosque?- masculló él, intentando zafarse. Ella no cedió.
-Se podría decir que sí.
Brujas. Qué infantil.
-Entonces debería matarte.
-¿Y piensas hacerlo?- dijo ella con una sonrisa irónica, mientras se inclinaba más sobre el hombre. Reprimió un acceso de náuseas cuando rozó con sus labios los de él.
El soldado dejó de forcejear. La rodeó con sus brazos, la atrajo hacia sí y la besó con ansia.
Aquella noche, en las tiendas del campamento se oyeron por doquier gemidos ahogados. Lástima que a la mañana siguiente todos los hombres fuesen a estar muertos. Porque así debía ser.

10 comentarios:

Goblinoide dijo...

Hace unos días le dije a cierta personita que tenía pensado escribir una historia algo subida de tono... Este es el resultado.
¿Quién quería una historia erótica? ;p pues ahí la tenéis xD (con la visión feminista, claro, no creeríais que me iba a dejar convencer y encima escribir sobre mujeres dominadas ;p
Un abrazo

Yaiza Pozas dijo...

todavía no he podido leer tu historia completa(aunque el principio me ha cautivado, y lo digo en serio)pero me hacia ilu el comentarte.
Espero poder leerla pronto y a su vez poner mi tercera parte de historia, aunque tristemente la musa de la inspiración me ha abandonado:(
Hasta pronto, namarie

Goblinoide dijo...

Hola, Yai!! ^^ Me preguntaba quién sería el valiente que comentase esta historia primero... ;p
Ya, no me extraña, si es que la página del blog es tan estrecha que cualquier historia parece larguísima... en Word sólo ocupaba una cara de folio ^^U
Gracias por comentar, y ya puedes cuidar a Mori para que se ponga bueno (qué buena excusa, eh? ;p)
Un abrazo, guapísima!

El Extremeño dijo...

No me parece bien el final de la historia ni cómo ponen a los hombres, ¿no decís las mujeres que si "igualdad de género"? Anda que...en fin, a pesar de todo la historia es bien buena, sigue escribiendo así ^^

Un abrazo del Extremeño.

- Pues a mi no me importaría estar en el lugar de esos soldados, jeje, lo bien que lo van a pasar, jijiji (babas)-
- Pero pitt...luego los matan a todos... -
- ......¿¡¿¡¿CÓMO?!?!? ¡ENTONCES YA NO QUIERO! ¡¡¡DE ESO NADA!!! -
- (suspiro) Lamento el espectáculo causado por mi amigo. Weno, hasta más vernos^^

Goblinoide dijo...

Holaaaa!!! ^^
Hale, hale, ya has destapado el final... ahora la gente en vez de leerlo mirará sólo el comentario ;p (es broma, me alegro de que os haya gustado ^^)

PD/ Chincha, he sido la primera en comentar en vuestro blog ;p
Aunque conste que he omitido todos los comentarios del tipo "malditas lagartijas chapuceras, no saben ni tapiar una puerta de nada" xDDD

PD2/ Por lo de mi comentario en tu blog...la escritura es algo deficiente, pero no le puedes pedir más a un goblin con mono de cafeína ^^U

Anónimo dijo...

Wolaaa!!!

Hmm, subidilla de tono... jo, pero al final mueren... O_o

Cual era el animal ese que despues de aparearse se lo comía? ah si, la mantis religiosa.. la hembra cuando han acabado se come al macho para coger energias... eso si que se le puede llamar un polvo mortal xDDD

Ajamuk dijo...

Hola goblin, llevo unos días pasandome por tu choza, peor hasta hoy no te he comentado, sólo decirte que me ha gustado la historia, aunque me he quedado con ganas de más.

Un saludo, y para lo que necesite estoy por aquí: www.tengounmac.com

Goblinoide dijo...

Sergio: ¡Hola! muchas gracias por comentar, sabes la ilusión que me hace ^^ Sí, la mantis es un animal muy práctico, hay que reconocerlo... pero (reprimiendo mi espíritu feminista quejica) la verdad es que para las hembras no tiene ninguna emoción (es el macho el que intenta aparearse, y la hembra se lo come en cuanto tiene la oportunidad ^^U)... Aparte de que esto es una historia y a mí los hombres me parecen muy monos, ¿qué haríamos sin nadie a quien abrachuchar? ;D Un besito, te quiero

Ajamuk: gracias también a ti por tomarte la molestia de comentar ^^ Aunque de MAC no tengo ni idea, me pasaré algún día por tu blog ^^

¡¡Un abrazo a tod@s!!

Aura dijo...

Genial...Yo te comenté ayer, pero como tu blog me odia se a comido la entrada...Yo también le odio, ale para que se joda...
Bueno, básicamente decía que me gustaba mucho la entrada, que algún día las mujeres dominaremos el mundo, que ole ole por el blog del extremeño, que alaaaa ajamuuuuuuk y que a lo mejor nos hacen vacío entre el y sergio con los pc y que por eso había que hacer piña los antitecnología.
Vamos que así a lo tonto he vuelto a comentar ^^ Un besote!!!!!!

Yaiza Pozas dijo...

moola, original y a la vez clásica.

Ese espíritu de independencia mola, con un ligero toque de autosuficiencia.

Por cierto me ha encantado la historia^^