jueves, 8 de diciembre de 2011

Zombie Horror: En busca de la cura

Eran las 20:30 cuando los S.T.A.R.S. del equipo Delta llegaron por fin al edificio de Umbrella. El helicóptero les había dejado demasiado lejos de su objetivo, y habían tenido que correr por sus vidas mientras una horda de aquellos asquerosos muertos vivientes les perseguía.
Entraron al edificio y cerraron las puertas. En la oscuridad del vestíbulo, podían oír cómo los zombies se amontonaban y hacían presión al otro lado; las puertas no aguantarían mucho tiempo.

Necesitaban luz... A oscuras errarían los disparos y tenían sólo dos linternas para los cinco.
El interruptor no funcionaba, y al abrir la caja de fusibles descubrieron que los cables estaban arrancados y enmarañados. Contrarreloj, tuvieron que separarlos de la maraña y volver a conectarlos uno a uno, mientras las puertas crujían y parecían a punto de ceder...

Finalmente lo consiguieron, y tuvieron un par de minutos para dar las luces de toda la planta baja y tomar posiciones, a buena distancia de las puertas.

Los S.T.A.R.S. al completo. De izquierda a derecha, Mario (Jefe de misión), Gels (especialista en Armamento), Sory (Médico), Fran (especialista en Maquinaria) y Javier (Tirador).

Tarjetas de identificación de los S.T.A.R.S.

Las puertas crujieron por última vez y saltaron hechas astillas. La primera oleada de zombies consiguió entrar. Avanzaban con paso lento, y los S.T.A.R.S. acabaron con ellos rápidamente, aunque estaban escasos de munición. Tuvieron que apuntar cuidadosamente y rematarlos con el cuchillo, para ahorrar balas.

Más tranquilos ya, repasaron lo que sabían: su misión era hacerse con el antídoto que libraría a la humanidad de aquel maldito virus-t. Tras haber peinado la ciudad en sucesivas misiones, habían rastreado la pista del antídoto hasta el edificio donde se encontraban, la sede de la farmacéutica Umbrella Corp. Sin embargo, el edificio tenía varias plantas y no tenían ni idea de dónde se encontraba el antídoto; tendrían que ir sala por sala hasta dar con él.

Como sospechaban que debía de encontrarse en una de las plantas superiores, intentaron subir directamente, pero se encontraron con que en las escaleras una puerta metálica les cerraba el paso, y su mecanismo de apertura era un soporte donde aparentemente encajaba una palanca dorada... Una palanca que no estaba donde debía estar. Habría que buscar las piezas desaparecidas.

En la primera planta sólo había una puerta más, a la derecha del vestíbulo. Por suerte, ya había luz, y pudieron entrar con buena visibilidad. Abrieron la puerta con precaución, y a una señal del líder, fueron entrando en silencio.

Nuevamente fueron sorprendidos por más zombies, que salieron de sus escondites en cuanto captaron el olor a carne fresca:

Tuvieron suerte de encontrar munición dispersa por la sala, porque incluso teniendo el cuchillo, esta sala les había dejado sin una sola bala. Registraron cada rincón hasta encontrar las dos piezas doradas que necesitaban para arreglar la palanca: un tubo que se insertaba en la base del mecanismo, y una tapa que se enroscaba arriba del todo.

Una vez reparada, consiguieron activarla (respondiendo una pregunta encriptada) y pudieron subir a la segunda planta, donde ya no tendrían más luz que la de las linternas... Y la de los flashes de los dos invitados con pase de Prensa que me han enviado estas fotos.

En la segunda planta había dos puertas, una a la izquierda y otra a la derecha. El pasillo intermedio era el primer "punto de guardado", donde los héroes podían aprovechar para curarse. Una de los S.T.A.R.S. había sufrido una herida, pero decidió no curarse (por miedo a descubrir que su herida estaba infectada y convertirse en zombie).
La puerta de la derecha tenía un cartel de "Acceso Restringido" y una placa donde se leía: "Se precisa Tarjeta de acceso clase A para abrir esta puerta". De modo que tuvieron que dejarla para más tarde, y ponerse a buscar la tarjeta, que, como adivinaron, estaría en la habitación de la izquierda.
Se repartieron las balas nuevas, respiraron hondo y abrieron la puerta...

Parecía una sala de reuniones, porque las sillas estaban dispuestas como para una conferencia. Incluso había una mujer sentada en una silla... No, espera...

La conferencia debió de ser mortalmente aburrida...

Parecía un cadáver inerte sin más, de modo que atravesaron la habitación hasta dejarla atrás.

Al fondo había una mesa, desde la que el Extremeño (master de los zombies) controlaba que la música funcionase adecuadamente, a la vez que no quitaba ojo de encima a los jugadores. En la mesa, una nota decía: "Aquí debería estar la Tarjeta de identificación clase A. Quizá alguien la ha cogido".

Entonces, un ruido a la espalda de los S.T.A.R.S. les puso en guardia. ¡El cadáver de la mujer había abierto los ojos! ¡se movía hacia ellos! Y no era la única... Varias mujeres zombies comenzaron a arrastrarse desde debajo de las mesas, interponiéndose entre los S.T.A.R.S. y la puerta.


De nuevo, los S.T.A.R.S. consiguieron acabar con todos los cadáveres andantes, gracias a una combinación de balas y cuchillo. Tardaron en atreverse a registrar los cadáveres en busca de la Tarjeta, pero terminaron encontrándola, en manos de una de las mujeres zombies (o de lo que quedaba de ella).

La Tarjeta les permitiría abrir la puerta de la derecha. Volvieron al pasillo y cerraron la puerta tras de sí. Una vez más, se negaron a curarse, porque no tenían apenas heridas. Esto estaba siendo demasiado fácil para ellos... Pero en la siguiente sala tenían prohibido utilizar los cuchillos, de modo que eran bastante más vulnerables.

En cuanto abrieron la puerta de la derecha, varios zombies se abalanzaron sobre ellos y consiguieron morderles repetidas veces; salieron de la habitación atropelladamente, sin atreverse a entrar de nuevo.

El Extremeño sale a hablar con los S.T.A.R.S. y con Goblin (master de los S.T.A.R.S.) para arbitrar el problema... Los zombies no dejan de ser personas que también quieren ganar la partida, y están viendo que los S.T.A.R.S. les machacan con facilidad, así que están poniéndose bastante agresivos.

Cuando los S.T.A.R.S. vuelven a entrar, la cosa va mejor y esta vez consiguen terminar con todos los zombies emboscados en la puerta, aunque a cambio se llevan varios mordiscos. Las cosas empiezan a ponerse feas, necesitan limpiar de zombies la zona para poder curarse...

Zombies emboscados en la puerta, después del segundo intento de los S.T.A.R.S.; hubo que pedirles que se arrastrasen bajo las mesas de nuevo para poder pasar.

Zombies y más zombies salen de debajo de las mesas y de detrás de los armarios para atacar a nuestros héroes, que deben acertar todos y cada uno de los disparos para no quedarse sin munición. Para colmo, varios recambios de munición que están dispersos por la sala desaparecen bajo las mesas con el movimiento de los zombies, impidiendo que los S.T.A.R.S. los encuentren.

Consiguen limpiar la sala de zombies, pero hay una pequeña puerta cerrada al fondo... Teniendo tantas heridas se plantean dejar esa puerta sin abrir. Pero entonces descubren que para poder subir al siguiente piso deben registrar la planta y encontrar varias piezas de puzzle, para después colocarlas en su sitio. Registran a conciencia la sala y hay una pieza que no encuentran... ¿Estará tras la pequeña puerta lateral?

Abren la puerta, se retiran y esperan. Un zombie surge de las sombras y se abalanza sobre ellos con tal violencia que los S.T.A.R.S. se asustan y uno de los disparos acierta al en el ojo al zombie, que cae redondo al suelo (por suerte, no le pasó nada). Otro zombie más sale arrastrándose, y es rematado en el último momento.
Tras limpiar la zona, registran la habitación y encuentran la última pieza, la que les permitirá subir al último piso.

En cuanto la planta queda limpia, se convierte en un punto de guardado. Esta vez, tres de los S.T.A.R.S. (Mario, Gels y Javier) no dudan en curarse. Una vez que la médico les ha curado todas las heridas, se van aparte con Goblinoide para hacer un Test de Infección, de uno en uno.
Mario y Gels resultan estar sanos..., pero la herida de Javier tiene mal aspecto. Por supuesto, cuando vuelve con los demás no les dice nada, pensando que si consiguen el antídoto a tiempo podrá evitar convertirse en zombie.


Los S.T.A.R.S. se reparten la munición recién encontrada y se preparan a subir, con la tranquilidad de saber que pueden utilizar el cuchillo de nuevo.

Suben las escaleras de forja que les separan del último piso. El líder, como siempre, es el primero en entrar, seguido de cerca por sus compañeros, a los que ha pedido que le cubran si vuelve a haber zombies "rápidos".

Los S.T.A.R.S. toman posiciones. La sala está llena de pequeños muros tras los que puede esconderse cualquier cosa...

Enseguida, los zombies comienzan a salir de sus escondites y les atacan en masa...

... Gracias en gran parte a los cuchillos (mejores para las distancias cortas), los S.T.A.R.S. terminan deshaciéndose de todos los zombies, aunque quedan malheridos de nuevo. Para asegurarse de que ningún zombie sube las escaleras tras ellos, las bloquean con una barricada de sillas.

Algunos zombies dejan a la vista paquetes de munición cuando les matan.

Están a punto de conseguirlo... Se encuentran frente a la última puerta, la del laboratorio. Se acercan con precaución a examinarla, cuando de repente Javier (la mano derecha de Mario) comienza a gemir de dolor y se desploma en el suelo. Mario se aparta de él con la mandíbula desencajada. Le pregunta: "¡¿Qué te pasa?!", pero Javier no responde. Lentamente, comienza a levantarse con un rotulador en la mano... ¡Se ha convertido en zombie! (nota: para "morder" a los humanos, los zombies tenían que conseguir sujetarles y hacerles una raya directamente sobre la piel con un rotulador). El nuevo zombie se dirige hacia Mario, su antiguo líder, que grita "¡disparadle, joder, disparadle, no os quedéis mirando!" mientras se aparta de su camino. Los otros S.T.A.R.S., que observaban a Javier con los ojos como platos, reaccionan al fin y le rematan con gran pesar. Ya sólo quedan cuatro S.T.A.R.S., y aún les queda la bajada...

De nuevo frente a la puerta del laboratorio, se encuentran con un panel numérico. Deben responder a cuatro preguntas cuyas respuestas son números, y marcar esos números en el panel para que la puerta se abra; lo consiguen sin demasiados problemas.

En el laboratorio se encuentran con una científica que se había encerrado allí para protegerse de los zombies. Al enterarse de que han limpiado todas las plantas, les agradece su ayuda y les regala munición y un spray curativo, que puede curar del todo una vez a cada uno, sin tener que hacer tests de infección. La médico se guarda el frasco.

Después de recargar las armas, los S.T.A.R.S. reparan en una vitrina en particular... Ahí está, ¡el tubo de antídoto! Cuando intentan cogerlo, se dan cuenta de que está rodeado por un campo de fuerza, y que para desconectarlo hay que responder en orden unas preguntas clave relaci0nadas con la organización Umbrella. Si se equivocan en una, deben comenzar desde el principio de nuevo.

Tras varios intentos, el campo de fuerza queda anulado, pero cuando se están guardando felizmente el antídoto, uno de los armarios del laboratorio se rompe en pedazos, y de él sale un zombie monstruosamente grande... ¡El Tyrant! Al desactivar el campo de fuerza del antídoto, también han desactivado el campo de fuerza que rodeaba al monstruo, que ahora está libre...
El Tyrant, rabioso, sale de su encierro y ataca a la científica, que antes de morir sólo alcanza a gritar: "¡Las balas no le hacen daño! ¡CORRED!".

Detalle del único "punto débil" del Tyrant ;p

Los S.T.A.R.S. no se detienen a comprobarlo, y salen corriendo con el antídoto, mientras el Tyrant les persigue. A punto están de caer por las escaleras cuando se encuentran con la barrera de sillas que ellos mismos han puesto ahí antes, pero las quitan de enmedio y salen corriendo escaleras abajo, mientras oyen a sus espaldas al monstruo.

Para espanto suyo, cuando llegan de nuevo al vestíbulo se encuentran la puerta bloqueada por una veintena de zombies, y al Tyrant esperándoles (nota: realmente enviamos a la científica y a Javier a hacer ruido tras los S.T.A.R.S. por las escaleras, y bajamos al Tyrant por el ascensor xD).

Esta última batalla fue encarnizada; dos S.T.A.R.S. más (las dos mujeres) murieron bajo las garras (y el martillo) del Tyrant, pese a la ayuda del spray de curación. Los otros dos, a la desesperada, consiguieron por muy poco dispararle al punto débil las 6 veces necesarias para matarle...

Finalmente, el Tyrant cayó al suelo, agonizante, y todos los demás zombies se derrumbaron en el suelo junto a su jefe, dejando el camino libre para que los S.T.A.R.S. consiguiesen salir por la puerta con el antídoto.
Las bajas fueron grandes... Pero gracias a estos valientes la plaga zombie será erradicada. Jamás olvidaremos a los que cayeron cumpliendo con su deber.

Y así termina la partida de supervivencia basada en Resident Evil ^^ Espero no haberos aburrido demasiado con la historia interminable... Aprovecho para agradecer a todos su participación: a los zombies, por el maquillaje increíble que llevaron; a los S.T.A.R.S., por hacernos caso y llevar manga corta en diciembre, y por interpretar sus papeles a la perfección; a la Asociación Megagumi, por las fotos y por toda la ayuda (incluyendo cedernos la Casa de la Juventud y ayudarnos a mover los muebles, crear escondites, prestarnos a su "jefe" para hacer de Tyrant...), y a Tina por aceptar el papel de "científica-que-va-a-morir".

Un abrazo fuerte a todos.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Estupendo relato de la partida. ¡Qué envidia por no haber estado!

bairrin dijo...

Jodo, vaya sitio mas grande que tenéis para jugar. Una gran iniciativa.

tita hellen dijo...

Soy la única que piensa que el señor extremeño deberia ir siempre con bata de científico? Vamos, de serie...

Qué envidia, debio estar fantástica la partida. Espero que lo pasases fenomenal. Muases

Anónimo dijo...

Hellen, no se porqué dices que salgo favorecido con la bata, pero gracias xD

Sobre el resumen, genial ^^ Fue como ver una película, sobre todo para ti y para mi, jeje.

Un beso, preciosa ^^
El Lagarto

Luis Ed(Agramar) dijo...

El Extremeño es un hunter disfrazado!!A por el!!!:P
Buen relato!!

Anónimo dijo...

Una buena historia, me lo he pasado muy bien viendo las fotos e imaginando la situación. Estas hecha una buena master. Nos leemos!!!

Kroq-Malekith dijo...

Muy currado todo ^^. Ojala la gente de mi pueblo hicieran estas cosas ya que me encantaría jugar, y mas haber jugado con vosotros ^^. Por cierto gracias por felicitarme ^^.