National Geographic, nº7: Biología orka
Hoy vengo a hablaros de mis "chicoz", los orkos (en esta ocasión, de Warhammer 40K), que han sido mis favoritos desde que empecé a pintar miniaturas. Siempre lo diré: si quieres ganar cada partida, no elijas a los orkos; son tu ejército si lo que quieres es desternillarte de la risa.
Cierto es que no hay mucho que decir de ellos. Todo se reduce a: "zi erez máz grande ke yo, eztaré a una diztanzia prudente y zeráz el Jefe. Zi erez más pekeño ke yo, te machakaré una y otra vez para praztikar hazta que me haga lo baztante grande y fuerte como para zer el Jefe."
Un orko va allá adonde haya alguien a quien acribillar a balazos, cortar en cachitos, partir en rodajas, quemar, pisotear y matar, no necesariamente en ese orden. Viven por y para la lucha, y si no hay guerras manifiestas contra algún enemigo común, se pegan entre sí. Mis niños... Qué adorables y abrachuchables son ^^ (cara de madre orgullosa).
En fin, el caso es que he encontrado un documento de un estudioso, servidor del fiambre al que los patéticos zonrozadoz llaman "Emperador", en el que se detalla claramente de dónde proceden los orkos de cada nueva generación. Lo reproduzco literalmente, ¡¡y espero que ahora me creáis, insensatos, cuando os digo que nos reproducimos por esporas!!
El secreto de la excepcional fisiología de los Orkos reside en la simbiosis. El cuerpo del Orko contiene rasgos genéticos tanto de las formas de vida animales como de los hongos, y es su naturaleza semivegetal lo que confiere al orko una constitución tan impresionante. El color verde del Orko se debe a un alga que fluye por su sangre y que también forma parte de su aparato digestivo. Esta alga se descompone y se encarga de reparar los tejidos dañados a una velocidad increíble, lo que en parte explica el metabolismo extremadamente resistente del Orko, que hace que la cabeza del Orko pueda seguir viva durante cierto tiempo incluso después de quedar totalmente separada del cuerpo y que hasta pueda transplantarse a otro cuerpo antes de llegar a morir definitivamente.
El Orko se reproduce mediante la dispersión de esporas que, con el tiempo, acaban echando raíces y madurando. Al morir, todo Orko suelta una masa de esporas que pueden acabar convirtiéndose en una docena de capullos. Pese a que de estos capullos pueden emerger Gretchins, Snotlings o simples hongos dependiendo de las condiciones ambientales, un buen número de ellos madurarán hasta transformarse en Orkos tras un breve período de gestación. El viento dispersa estas esporas por todos lados hasta distancias muy largas, lo que hace que erradicar la presencia piel verde de una zona de combate contaminada sea imposible si no se le aplica la tormenta de fuego purificador del Exterminatus. (...)
Algunas esporas de Orkos acabarán posándose en zonas remotas donde no habita ningún Orko; junglas frondosas y desiertos áridos donde las civilizaciones normales tienen dificultades para sobrevivir. Las esporas infectan toda la zona circundante en muy poco tiempo y crecen sin arriesgarse a ser descubiertas. Tras un período de tiempo relativamente breve, los Orkos recién salidos de sus capullos se agrupan y forman tribus. Estos grupos de Orkos, que a veces se demoninan Orkos Zalvajez, buscan la partida de guerra progenitora y se unen a ella, aprenden la kultura orka y ocupan su lugar en la sociedad cambiando la lanza y el hacha por una piztola y una rebanadora. Sin embargo, si la nueva tribu madura en un mundo donde los Orkos progenitores han muerto o han sido rechazados, los Orkoz Zalvajez acabarán formando una tribu de Orkoz Bárbaroz.
(...) Al explorar las zonas que sus predecesores han devastado, los Orkoz Bárbaroz no tardan en aprender a usar las armas y el equipo que puedan haber dejado atrás y se divierten con el ruido y la destrucción que pueden causar con sus juguetes nuevos.
Poco después de ser descubierta, la tribu se movilizará para entrar en combate y saldrá de las montañas o de las selvas aullando y lanzando gritos de júbilo hasta llegar a los asentamientos del enemigo para volver a iniciar un nuevo ciclo de guerras. Cuando un planeta queda infestado de esporas orkas, queda inmerso para siempre en un bucle infinito de locura y violencia.
(Fragmento del "Códex: Orkos", de Warhammer 40K, un libro de Games Workshop, todos los derechos reservados)
Cierto es que no hay mucho que decir de ellos. Todo se reduce a: "zi erez máz grande ke yo, eztaré a una diztanzia prudente y zeráz el Jefe. Zi erez más pekeño ke yo, te machakaré una y otra vez para praztikar hazta que me haga lo baztante grande y fuerte como para zer el Jefe."
Un orko va allá adonde haya alguien a quien acribillar a balazos, cortar en cachitos, partir en rodajas, quemar, pisotear y matar, no necesariamente en ese orden. Viven por y para la lucha, y si no hay guerras manifiestas contra algún enemigo común, se pegan entre sí. Mis niños... Qué adorables y abrachuchables son ^^ (cara de madre orgullosa).
En fin, el caso es que he encontrado un documento de un estudioso, servidor del fiambre al que los patéticos zonrozadoz llaman "Emperador", en el que se detalla claramente de dónde proceden los orkos de cada nueva generación. Lo reproduzco literalmente, ¡¡y espero que ahora me creáis, insensatos, cuando os digo que nos reproducimos por esporas!!
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El secreto de la excepcional fisiología de los Orkos reside en la simbiosis. El cuerpo del Orko contiene rasgos genéticos tanto de las formas de vida animales como de los hongos, y es su naturaleza semivegetal lo que confiere al orko una constitución tan impresionante. El color verde del Orko se debe a un alga que fluye por su sangre y que también forma parte de su aparato digestivo. Esta alga se descompone y se encarga de reparar los tejidos dañados a una velocidad increíble, lo que en parte explica el metabolismo extremadamente resistente del Orko, que hace que la cabeza del Orko pueda seguir viva durante cierto tiempo incluso después de quedar totalmente separada del cuerpo y que hasta pueda transplantarse a otro cuerpo antes de llegar a morir definitivamente.
El Orko se reproduce mediante la dispersión de esporas que, con el tiempo, acaban echando raíces y madurando. Al morir, todo Orko suelta una masa de esporas que pueden acabar convirtiéndose en una docena de capullos. Pese a que de estos capullos pueden emerger Gretchins, Snotlings o simples hongos dependiendo de las condiciones ambientales, un buen número de ellos madurarán hasta transformarse en Orkos tras un breve período de gestación. El viento dispersa estas esporas por todos lados hasta distancias muy largas, lo que hace que erradicar la presencia piel verde de una zona de combate contaminada sea imposible si no se le aplica la tormenta de fuego purificador del Exterminatus. (...)
Algunas esporas de Orkos acabarán posándose en zonas remotas donde no habita ningún Orko; junglas frondosas y desiertos áridos donde las civilizaciones normales tienen dificultades para sobrevivir. Las esporas infectan toda la zona circundante en muy poco tiempo y crecen sin arriesgarse a ser descubiertas. Tras un período de tiempo relativamente breve, los Orkos recién salidos de sus capullos se agrupan y forman tribus. Estos grupos de Orkos, que a veces se demoninan Orkos Zalvajez, buscan la partida de guerra progenitora y se unen a ella, aprenden la kultura orka y ocupan su lugar en la sociedad cambiando la lanza y el hacha por una piztola y una rebanadora. Sin embargo, si la nueva tribu madura en un mundo donde los Orkos progenitores han muerto o han sido rechazados, los Orkoz Zalvajez acabarán formando una tribu de Orkoz Bárbaroz.
(...) Al explorar las zonas que sus predecesores han devastado, los Orkoz Bárbaroz no tardan en aprender a usar las armas y el equipo que puedan haber dejado atrás y se divierten con el ruido y la destrucción que pueden causar con sus juguetes nuevos.
Poco después de ser descubierta, la tribu se movilizará para entrar en combate y saldrá de las montañas o de las selvas aullando y lanzando gritos de júbilo hasta llegar a los asentamientos del enemigo para volver a iniciar un nuevo ciclo de guerras. Cuando un planeta queda infestado de esporas orkas, queda inmerso para siempre en un bucle infinito de locura y violencia.
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(Fragmento del "Códex: Orkos", de Warhammer 40K, un libro de Games Workshop, todos los derechos reservados)
4 comentarios:
Feliz año amiguita, mi deseo para este 2009 es que todo vaya maravillosamente, que no haya que lamentarse más por cosas malas que ouedan pasar, que no pasen, que todo sea maravilloso. Ya que acabé el 2008 de la peor manera posible espero que el cambio de año traiga mejores cosas.
Besos.
Te he comentado en tu blog, guapa... No te preocupes, ya verás como a partir de ahora las cosas irán mejorando ^^ y si necesitas un empujoncito, por aquí andamos, a ver si vienes a vernos!
Un abrazo
Nah, los orkos serán más prácticos a la hora de la reproducción, pero no más divertidos.
Me quedo con el método humano, jejeje ;p
¡Qué divertido! xDDD
Y... ¿Cómo llegan a un nuevo planeta las esporas de orkos? Empiezo a pensar que sería interesante encontrar alguno por el amazonas... jijiji
O... ¿Te imaginas que encontraran orkos en Afganistan, por ejemplo? ¿Cuánto tiempo tardaría en llenarse el planeta de orkos? xDDDDDDD
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