¡¡¡Los padres no existen, son los Reyes Magos!!!

Os dejo aquí este estudio científico en respuesta a la última actualizacion de James, en la que intenta defender a los Reyes Magos frente a Papá Noel (sí, ese tipejo de rojo que según MadHatter no viene a dejar regalos, sino a llevarse la tele de plasma y el vídeo)...

Es la demostración en exclusiva de la existencia (o no) de la susodicha criatura... espero que lo disfrutéis xDD
PD/ mi agradecimiento a Javi por cederme el estudio para su publicación ;p

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Se han obtenido las siguientes conclusiones acerca de la existencia de Santa Claus:

Ninguna especie conocida de reno puede volar. No obstante, existen 300.000 especies de organismos vivos pendientes de clasificación y, si bien la mayoría de ellas son insectos y gérmenes, no es posible descartar completamente la posible existencia entre ellas del reno volador que Santa Claus conoce.

Hay unos 2000 millones de niños (considerando únicamente a las personas con menos de 18 años) en el mundo. Pero dado que Santa Claus no parece que se ocupe de los niños musulmanes, hindúes, judíos y budistas, la cifra se reduce al 15% del total (unos 378 millones, según las estadísticas mundiales de población).
Según estas estadísticas, se puede calcular una media de 3,5 niños por hogar, por lo menos estamos hablando de unos 91,8 millones de hogares (suponiendo que en cada uno de ellos haya al menos un niño que se haya portado bien).
Santa Claus dispone de 31 horas en Nochebuena para realizar su trabajo, gracias a los diferentes usos horarios y a la rotación de la Tierra (se supone que viaja de este a oeste, lo cual parece lógico). Esto supone 822,6 visitas por segundo.
En otras palabras, en cada hogar cristiano con un niño bueno, Santa Claus tiene 1 milésima de segundo para:
- aparcar
- salir del trineo
- bajar por la chimenea
- llenar los calcetines
- repartir el resto de regalos bajo el árbol
- comerse lo que le hayan dejado
- trepar de nuevo por la chimenea
- subir al trineo
- marchar a la siguiente casa

Suponiendo que cada una de estas 91,8 millones de paradas está distribuida uniformemente sobre la superficie de la Tierra (lo cual es falso, pero para el estudio puede valer como aproximación), hay 1,2 km entre casa y casa. Esto da un recorrido total de 110 millones de km, sin contar lo necesario para las paradas a hacer lo que cada uno de nosotros haría al menos una vez en 31 horas.
Se deduce de ello que el trineo de Santa Claus se mueve a unos 1000 km/s, 3000 veces la velocidad del Sonido. Como comparación, el vehículo fabricado por el hombre que mayor velocidad alcanza es la sonda espacial Ulises, que va a unos míseros 43 km/s. Un reno convencional puede correr a una velocidad de 24 km/h.

La carga del trineo aporta otro elemento interesante al estudio. Suponiendo que cada niño sólo se lleve un regalo de tamaño mediano de unos 0,9 kg, el trineo transporta unas 321.300 toneladas, sin contar a Santa Claus, a quien siempre se le ha descrito como bastante rellenito.
En la Tierra, un reno convencional no es capaz de transportar más allá de 150 kg. Aunque el reno volador pudiese llevar 10 veces esa carga, no bastaría con 8 ó 9, sino que se precisarían unos 214.200 renos. Esto eleva la carga (sin contar ni a Santa Claus ni al propio trineo) a unas 353.430 toneladas.

353.430 toneladas viajando a 1000 km/s crean una resistencia aerodinámica enorme, que provocará un calentamiento de los renos similar al que sufre una nave espacial en su reentrada en la atmósfera terrestre. La pareja de renos que vaya en cabeza absorberá 1 trillón de Julios de energía por segundo, cada uno. En pocas palabras, se incendiarán y consumirán casi al instante, quedando expuesta la pareja de renos posterior.
También se producirán ondas sonoras ensordecedoras en dicho proceso. El tiro de renos al completo se vaporizará en 4,26 milésimas de segundo. Santa Claus, mientras tanto sufrirá unas fuerzas centrífugas 17500,06 veces superiores a la gravedad. Si pesara 120 kg (lo cual es incluso demasiado delgado), seria aplastado contra la parte posterior del trineo con una fuerza de más de 2 millones de kg.

Ante estas evidencias, si Santa Claus existió alguna vez y llevó los regalos a los niños por Navidad, ahora está muerto.


Si le contamos lo anterior a un niño cuando nos pregunte por la existencia de Santa Claus ( o bien lo deduce él mismo), el niño puede llevarse una desilusión tremenda. Por suerte hay una contraexplicación.

El análisis anterior, basado en las leyes de la Física Clásica, presenta un fallo importante, puesto que no considera los fenómenos cuánticos, que son bastante significativos en este caso particular. Veamos el estudio:

Como se ha indicado, se conoce con precisión la velocidad terminal del reno a través del aire seco de diciembre sobre el hemisferio Norte. Asimismo, se conoce con tremenda precisión la masa de Santa Claus y su trineo, puesto que se conoce el número de niños, regalos y renos justo antes del vuelo). En cuanto a la dirección y sentido del vuelo, es de este a oeste.

Todo lo anterior significa que se puede determinar con excelente precisión el vector momento cinético de Santa Claus y su cargamento. Basta con aplicar entonces el Principio de Incertidumbre de Heisenberg para saber que la posición de Santa Claus, en cualquier momento de Nochebuena, es extremadamente imprecisa.
Por tanto, podemos aplicar la teoría de orbitales atómicos a Santa Claus, diciendo que se encuentra dentro de una función de probablilidad en torno a la Tierra, que al ser esférica, guardaria gran similitud con un orbital de simetría S.

Por último, las velocidades relativistas a las que los renos pueden llegar durante breves lapsos de tiempo hacen posible que, en ciertos casos, llegue a los lugares un poco antes de haber salido del Polo Norte. Santa Claus, en otras palabras, asume durante breves lapsos de tiempo las características del taquión. Estamos de acuerdo en que la existencia de lo taquiones aún no está probada y es hipotética, pero lo mismo ocurre con los agujeros negros y nadie le tose a Stephen Hawking.

Por consiguiente, es perfectamente posible que Santa Claus exista y reparta los regalos en Nochebuena.